Es una evaluación que se realiza entre las 6 y las 10 semanas de gestación y permite:
Éste es un estudio que aporta información única, sólo se realiza entre las 11 y las 13 semanas con 6 días.
Es una evaluación con aplicaciones básicas como confirmar la viabilidad, determinar la edad gestacional de manera confiable, determinar el número de fetos y en embarazos múltiples evaluar la corionicidad (número de placentas) y la amnionicidad (número de bolsas).
Permite detectar a los fetos con alteración en sus cromosomas, como es el caso de los bebés con síndrome de Down, el cual es el síndrome mas frecuente y conocido; sin embargo, existen síndromes con manifestaciones más severas como el síndrome de Edwards o el síndrome de Patau, que también pueden ser detectados en esta evaluación.
Estos fetos son detectados posterior a la evaluación de características maternas (edad de la madre), características ultrasonográficas (translucencia nucal, hueso nasal, ducto venoso, regurgitación tricuspidea) y marcadores séricos.
Es un estudio muy estresante para la paciente por la implicación que tiene, es por eso que tiene que ser realizado por médicos certificados y con el suficiente conocimiento para un adecuado asesoramiento a los padres respecto a los resultados del estudio.
Una vez que se detecta a los fetos con más probabilidad de tener alteración en sus cromosomas, si la probabilidad es muy alta el siguiente paso es realizar un procedimiento invasivo como la biopsia de vellosidades coriales o una amniocentesis para determinar un diagnóstico preciso. El procedimiento únicamente se realiza en caso de que la paciente así lo decida, la decisión la realiza con la pareja posterior a un adecuado asesoramiento.
En este ultrasonido es posible detectar en el feto alteraciones estructurales que pueden poner en riesgo su salud o que incluso son tan severas que ponen en riesgo su viabilidad, estas alteraciones se pueden presentar en sistema nervioso central (anencefalia, holoprosencefalia), corazón (defectos atrio-ventriculares), pared abdominal (gastrosquisis, onfalocele), tracto urinario (megavejiga), extremidades, entre otras.
La evaluación anatómica se debe realizar de manera más amplia en segundo y tercer trimestre, a pesar de una evaluación normal en primer trimestre.
Es un ultrasonido especializado que se realiza en todas las pacientes embrazadas entre las 18 y las 22 semanas de gestación, brinda a la paciente y a su médico información acerca de muchos aspectos de su embarazo.
El ultrasonido de segundo trimestre es una oportunidad para la detección de alteraciones estructurales congénitas:
También se buscan marcadores ultrasonográficos para alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down y microdeleción 22q11, medición de la longitud cervical para predicción de parto pretérmino, medición de arterias uterinas para predicción de pre-eclampsia y restricción del crecimiento intrauterino; además, aporta información básica como el número de fetos, la edad gestacional del feto, localización placentaria y la cantidad de líquido amniótico.
Es una evaluación que se realiza después de las 28 semanas de embarazo, nos permite determinar que el feto tenga un crecimiento adecuado. En algunas pacientes con factores de riesgo (Doppler de arterias uterinas alterado, hipertensas, diabéticas, enfermedades inmunológicas, trombofilias, etc.) existe la posibilidad de que el feto tenga un crecimiento menor al esperado para la edad gestacional, esto se conoce como restricción del crecimiento intrauterino. Esta patología puede poner en riesgo el bienestar del feto e incrementa la probabilidad de que el feto presente alteraciones neurológicas posterior al nacimiento.
Los bebés con restricción del crecimiento intrauterino se detectan a través de una evaluación que consiste en determinar su curva de crecimiento, asegurarse de que están ganando peso de acuerdo a su edad gestacional, en caso de detectar que no es así, se les da un seguimiento estrecho con ultrasonido Doppler para ver el grado de deterioro y determinar el mejor momento para su nacimiento tratando de obtener el mejor resultado para el bebé y la madre.
Hay alteraciones estructurales que solo se pueden diagnosticar hasta el tercer trimestre, sobre todo alteraciones gastrointestinales, del tracto urinario, corazón o sistema nervioso central, por lo que es importante a esta edad gestacional realizar una nueva revisión anatómica del feto.
El ultrasonido Doppler es una herramienta diagnóstica que tiene varias utilidades; se usa en primer y segundo trimestre para predicción de pre-eclampsia, a través de la medición del flujo a nivel de las arterias uterinas. Se usa en el seguimiento de los fetos con riesgo de anemia, en fetos con cardiopatía para vigilancia de su estado hemodinámico, entre otras cosas.
Los fetos con restricción del crecimiento intrauterino tienen una tasa de crecimiento menor a lo esperado y al nacimiento tienen un peso bajo (esto es por un problema a nivel de la placenta). Es importante identificarlos debido a que si no se les da un seguimiento adecuado pueden presentar una alteración funcional o pueden fallecer dentro del útero o al nacimiento.
Estos fetos para compensar la disminución de oxígeno y nutrientes por un problema a nivel de la placenta, modifican el flujo sanguíneo en diferentes vasos, el Doppler nos permite identificar estos cambios y determinar a través de los mismos el tipo de seguimiento que se les debe ofrecer y el mejor momento para el nacimiento de estos bebés.